Lo primero que tengo decir es que lo voy a dejar tal cual lo escribí en el momento de hacer y que ha cambiado que ya no doy clases de Etimologías sino de Probabilidad.
He de considerar es que en mi caso tengo dos funciones en mi práctica docente, como orientador y como profesor horas clase.
En el caso de profesor, imparto dos materias: Etimologías Grecolatinas y Habilidades Básicas del Pensamiento. Habilidades va de la mano con mi profesión (psicólogo), por lo que se me hace más sencillo en cuanto a conocimientos, pero lo complejo es que solo toca 2 horas a la semana, por lo que hay que planear mejor los tiempos, debido a que resulta fácil perder el tiempo o retrasarte, sobre todo cuando los alumnos los pones a investigar y planear actividades para exponer, ya que invierten mucho tiempo en organizarse. En lo que respecta a etimologías no sabía casi nada cuando inicio el semestre, por lo que el preparar las clases, aprender un poco de griego y latín a hecho esto más difícil; me he asesorado de algunos compañeros que me han ayudado, pero en su mayoría lo he aprendido por mi cuenta y 3 libros de la materia. Mi día está organizado más o menos de la siguiente forma: las actividades y quehaceres comienzan antes de la clase; esto debido a la planeación semanal que nos piden en la institución. En donde consideramos; en primer lugar, la unidad, el tema o los temas de la semana, las actividades docentes, las actividades de los alumnos y los materiales y recursos. Tomando en cuenta lo anterior, nuestra clase empieza antes de ingresar al salón de clases, al considerar todos los elementos anteriores. Ya en el aula comienzo por pasar les asistencia, después de esto realizo una serie de preguntas rectoras u orientadoras para conocer que tanto saben los alumnos sobre el tema y del mismo modo ir abriendo su perspectiva hacia los temas, posteriormente puedo ponerlos a trabajar en equipos, utilizando la información que previamente investigaron, los pongo a discutirlo y a que desarrollen diversas formas para explicarlo: a unos le pido que expongan conceptos claves (definiciones) a otros que elaboren un mapa conceptual, otros un mapa mental, otros un cuadro sinóptico y a otros que realicen un ejemplo de cada concepto y por último, les pongo ejercicios sobre el tema. Otra manera de abordar el tema es con láminas, en donde manejo la teoría, ejemplos, pregunto dudas y pongo ejercicios.
Procuro que mis estudiantes participen, en los ejercicios que hago los reviso y paso a los alumnos a que los resuelvan en el pizarrón, si tienen errores los corrijo y los guió si les cuesta trabajo. Casi siempre dejo tareas, ya sea investigar el siguiente tema o ejercicios para reforzar el tema
Es obvio que lo que busco conseguir es que mis estudiantes aprendan, cuando los hago trabajar en equipos y les asigno diferentes estrategias procuro que aprendan alternativas que les puedan ser útiles para sintetizar y procesar información. En ocasiones he observado que si les sirve y por lo dinámico le ponen más empeño, por supuesto, no todos. Además de lo anterior, con esta dinámica pongo en práctica la reforma educativa, al tratar de que desarrollen competencias. Por otro lado, no dejo de lado la educación tradicional al ser yo el que asume el rol de maestro y no de facilitador, pero eso soy y trato de hacerlo, ya que me gusta mi trabajo. Además hay temas en los cuales prefiero dictárselos y después explicarles con ejemplos y una vez que siento que aprenden dejarles ejercicios.
En lo que respecta a la orientación en estos momentos con la reforma ya nos quitaron la hora que teníamos frente a grupo y ya solo estamos en clases cuando falta un maestro. El trabajo de orientador es complejo y muy interesante, aunque por momentos se vuelve pesado. Sobre todo por tener que relacionarse con todos los elementos de la institución, directivos, profesores, administrativos, personal manual, padres de familia y por supuesto alumnos y esta gran variedad personas enriquece mi labor profesional. El trabajo que realizo tiene una gran carga administrativa, control de asistencias, expedientes de alumnos, seguimientos académicos, llenado de boletas y supervisión de planeaciones docentes, clases y F1 (listas de calificaciones); además de las juntas con directivos, profesores y padres de familia. Y por supuesto, jugarle al bueno y al malo con los alumnos; por un lado al tratar de motivarlos para que sigan adelante, lo cual, con su situación familiar, económica, cultural, social y también moral no resulta sencillo y el orientador no puede dar terapia ni invertirle mucho tiempo a un solo alumno, ya que al preocuparte por él estas descuidando a 70 más que también necesitan que estés al pendiente o por otro lado hacer valer la disciplina, reforzando el trabajo de los profesores y las normas institucionales.
A pesar de todo lo anterior y de lo complejo que se puede volver en algunos momentos mi trabajo me encanta y lo disfruto mucho…
Por último, ¿cuál es el sentido de mi trabajo? La verdad es que todavía no lo sé muy bien, hace tiempo creía que enseñar a mis alumnos, que adquirieran la mayor cantidad de conocimientos posible, pero con la reforma educativa resulta que más que la enseñanza lo que interesa es el proceso de aprendizaje por el que atraviesa el alumno, como va construyendo su propio entendimiento y conocimiento. Pero también resulta que además debemos ayudarles a desarrollar habilidades y actitudes, esto con el fin de que aprendan a ser y a hacer, considerando que tienen que ser conscientes de todo este proceso. ¿Hábiles? Y con una actitud positiva o como decimos en psicología sana; si hay algo que he aprendido es que los jóvenes de hoy son en todos niveles hábiles, pero ¿para qué? Para casi todo, para las computadoras, para los celulares, para hablar, para comunicarse, hasta para ligar o conquistar niños y niñas, para bailar y tristemente también para cosas no muy productivas o buenas como mentir, hablar con malas palabras, chantajear o manipular a los padres y maestros, para defenderse cuando “abusamos” de sus derechos y tantas otras cosas. Es por todo lo anterior que no tengo claridad con respecto a mi función docente y espero que este curso me ayude a clarificar un poco la respuesta a esta incógnita.
Quiero compartir lo que la materia de etimologías dice:
· Maestro: del latín magister, al que destaca en su oficio y enseña a los demás.
· Catedrático: El que enseña pero desde un puesto y lugar especifico llamado cátedra. Del griego kata (cata) sobre, dra ( hédra), asiento e ikos ( icós) relativo a; el que enseña desde su sede, puesto que ha obtenido por sus estudios.
· Profesor: Del latín pro, delante de; y fateri, hablar, el que habla delante de otros y les transmite sus conocimientos.
· Docente: Del latín docere, verbo que significa enseñar, designa la persona que enseña.
Como dije antes no tengo claro mi rol, pero si de alguna forma pudiera expresar lo que busco sería que lo que veo con mis alumnos les ayude a ser mejores personas y les sirva para la vida.
Espero que ustedes también lo disfruten y poder sacar buenos consejos y aprendizajes de sus experiencias
Que la riqueza del aprendizaje lo satisfaga a todos. Se cuidan y excelente semana.
Estamos en contacto…
He de considerar es que en mi caso tengo dos funciones en mi práctica docente, como orientador y como profesor horas clase.
En el caso de profesor, imparto dos materias: Etimologías Grecolatinas y Habilidades Básicas del Pensamiento. Habilidades va de la mano con mi profesión (psicólogo), por lo que se me hace más sencillo en cuanto a conocimientos, pero lo complejo es que solo toca 2 horas a la semana, por lo que hay que planear mejor los tiempos, debido a que resulta fácil perder el tiempo o retrasarte, sobre todo cuando los alumnos los pones a investigar y planear actividades para exponer, ya que invierten mucho tiempo en organizarse. En lo que respecta a etimologías no sabía casi nada cuando inicio el semestre, por lo que el preparar las clases, aprender un poco de griego y latín a hecho esto más difícil; me he asesorado de algunos compañeros que me han ayudado, pero en su mayoría lo he aprendido por mi cuenta y 3 libros de la materia. Mi día está organizado más o menos de la siguiente forma: las actividades y quehaceres comienzan antes de la clase; esto debido a la planeación semanal que nos piden en la institución. En donde consideramos; en primer lugar, la unidad, el tema o los temas de la semana, las actividades docentes, las actividades de los alumnos y los materiales y recursos. Tomando en cuenta lo anterior, nuestra clase empieza antes de ingresar al salón de clases, al considerar todos los elementos anteriores. Ya en el aula comienzo por pasar les asistencia, después de esto realizo una serie de preguntas rectoras u orientadoras para conocer que tanto saben los alumnos sobre el tema y del mismo modo ir abriendo su perspectiva hacia los temas, posteriormente puedo ponerlos a trabajar en equipos, utilizando la información que previamente investigaron, los pongo a discutirlo y a que desarrollen diversas formas para explicarlo: a unos le pido que expongan conceptos claves (definiciones) a otros que elaboren un mapa conceptual, otros un mapa mental, otros un cuadro sinóptico y a otros que realicen un ejemplo de cada concepto y por último, les pongo ejercicios sobre el tema. Otra manera de abordar el tema es con láminas, en donde manejo la teoría, ejemplos, pregunto dudas y pongo ejercicios.
Procuro que mis estudiantes participen, en los ejercicios que hago los reviso y paso a los alumnos a que los resuelvan en el pizarrón, si tienen errores los corrijo y los guió si les cuesta trabajo. Casi siempre dejo tareas, ya sea investigar el siguiente tema o ejercicios para reforzar el tema
Es obvio que lo que busco conseguir es que mis estudiantes aprendan, cuando los hago trabajar en equipos y les asigno diferentes estrategias procuro que aprendan alternativas que les puedan ser útiles para sintetizar y procesar información. En ocasiones he observado que si les sirve y por lo dinámico le ponen más empeño, por supuesto, no todos. Además de lo anterior, con esta dinámica pongo en práctica la reforma educativa, al tratar de que desarrollen competencias. Por otro lado, no dejo de lado la educación tradicional al ser yo el que asume el rol de maestro y no de facilitador, pero eso soy y trato de hacerlo, ya que me gusta mi trabajo. Además hay temas en los cuales prefiero dictárselos y después explicarles con ejemplos y una vez que siento que aprenden dejarles ejercicios.
En lo que respecta a la orientación en estos momentos con la reforma ya nos quitaron la hora que teníamos frente a grupo y ya solo estamos en clases cuando falta un maestro. El trabajo de orientador es complejo y muy interesante, aunque por momentos se vuelve pesado. Sobre todo por tener que relacionarse con todos los elementos de la institución, directivos, profesores, administrativos, personal manual, padres de familia y por supuesto alumnos y esta gran variedad personas enriquece mi labor profesional. El trabajo que realizo tiene una gran carga administrativa, control de asistencias, expedientes de alumnos, seguimientos académicos, llenado de boletas y supervisión de planeaciones docentes, clases y F1 (listas de calificaciones); además de las juntas con directivos, profesores y padres de familia. Y por supuesto, jugarle al bueno y al malo con los alumnos; por un lado al tratar de motivarlos para que sigan adelante, lo cual, con su situación familiar, económica, cultural, social y también moral no resulta sencillo y el orientador no puede dar terapia ni invertirle mucho tiempo a un solo alumno, ya que al preocuparte por él estas descuidando a 70 más que también necesitan que estés al pendiente o por otro lado hacer valer la disciplina, reforzando el trabajo de los profesores y las normas institucionales.
A pesar de todo lo anterior y de lo complejo que se puede volver en algunos momentos mi trabajo me encanta y lo disfruto mucho…
Por último, ¿cuál es el sentido de mi trabajo? La verdad es que todavía no lo sé muy bien, hace tiempo creía que enseñar a mis alumnos, que adquirieran la mayor cantidad de conocimientos posible, pero con la reforma educativa resulta que más que la enseñanza lo que interesa es el proceso de aprendizaje por el que atraviesa el alumno, como va construyendo su propio entendimiento y conocimiento. Pero también resulta que además debemos ayudarles a desarrollar habilidades y actitudes, esto con el fin de que aprendan a ser y a hacer, considerando que tienen que ser conscientes de todo este proceso. ¿Hábiles? Y con una actitud positiva o como decimos en psicología sana; si hay algo que he aprendido es que los jóvenes de hoy son en todos niveles hábiles, pero ¿para qué? Para casi todo, para las computadoras, para los celulares, para hablar, para comunicarse, hasta para ligar o conquistar niños y niñas, para bailar y tristemente también para cosas no muy productivas o buenas como mentir, hablar con malas palabras, chantajear o manipular a los padres y maestros, para defenderse cuando “abusamos” de sus derechos y tantas otras cosas. Es por todo lo anterior que no tengo claridad con respecto a mi función docente y espero que este curso me ayude a clarificar un poco la respuesta a esta incógnita.
Quiero compartir lo que la materia de etimologías dice:
· Maestro: del latín magister, al que destaca en su oficio y enseña a los demás.
· Catedrático: El que enseña pero desde un puesto y lugar especifico llamado cátedra. Del griego kata (cata) sobre, dra ( hédra), asiento e ikos ( icós) relativo a; el que enseña desde su sede, puesto que ha obtenido por sus estudios.
· Profesor: Del latín pro, delante de; y fateri, hablar, el que habla delante de otros y les transmite sus conocimientos.
· Docente: Del latín docere, verbo que significa enseñar, designa la persona que enseña.
Como dije antes no tengo claro mi rol, pero si de alguna forma pudiera expresar lo que busco sería que lo que veo con mis alumnos les ayude a ser mejores personas y les sirva para la vida.
Espero que ustedes también lo disfruten y poder sacar buenos consejos y aprendizajes de sus experiencias
Que la riqueza del aprendizaje lo satisfaga a todos. Se cuidan y excelente semana.
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